27 feb 2009

Superpastilleros del S.XXI... el que quiera entender que entienda!


Hoy mucha gente consume fármacos con capacidad de alterar nuestras funciones mentales...

El consumo de psicofármacos, ansiolíticos o antidepresivos en la sociedad occidental es alarmante (sólo en Estados Unidos se ha estimado que el 5% de los ciudadanos toman o han tomado alguna vez Prozac y otro porcentaje no estimado toman otros antidepresivos con similares efectos) y va en aumento y preocupa que este consumo se haga en personas "normales" o que no tienen un claro diagnóstico psquiátrico. ¿Y qué decir de los psicoestimulantes para los jóvenes ejecutivos de las empresas más competitivas a nivel mundial?

Barbitúricos para dormir. Fármacos betabloqueantes para "calmar" el corazón en situaciones de estrés, sean éstas la comisión conflictiva de una multinacional, de un bufete de abogados o de un banco. Drogas y hormonas para mantener un nivel "excelso" de participación en las altas competiciones deportivas, sean éstas atletismo, ciclismo, fútbol o culturismo.
Drogas y alcohol, en definitiva, para mantener esa "huida" de la conciencia durante horas en los fines de semana y crear una exaltación emocional artificial.

Hoy está en la mente de todos (o casi todos) que la potenciación farmacológica se utiliza en muchos terrenos de la Psicología: ánimo, cognición, funciones vegetativas, sueño, apetito, sexo...
El problema que aparece es que la línea entre "sano" y "enfermo" es difuminada e incluso arbitraria.

Ojalá no termine nuestra humanidad algún día mirando el cielo que nos cubre y exclame, como Demócrito, con las manos llenas de desesperación:

"El hombre razonable se adapta al mundo. El que no lo es, persiste y trata de adaptar el mundo a sí mismo. Por tanto, todo progreso depende del hombre poco razonable."

George Bernard Shaw. Man and Superman.

TEXTO DEL LIBRO "¿ENFERMAN LAS MARIPOSAS DEL ALMA?"
del ilustre
FRANCISCO MORA: Doctor en Medicina y Doctor en Neurociencias,
Catedrático de Fisiología Humana.

-Datos para escépticos de la Psicología.-




twitter / Laura M. Cañamero


17 feb 2009

El Arte de Amargarse la Vida


“¿Qué puede esperarse de un hombre? Cólmelo usted de todos los bienes de la tierra, sumérjalo en la felicidad hasta el cuello, hasta encima de la cabeza, de forma que a la superficie de su dicha, como el nivel del agua, suban las burbujas, déle unos ingresos que no tenga más que dormir, ingerir pasteles y mirar por la permanencia de la especie humana; a pesar de todo, este mismo hombre de puro desagradecido, por simple descaro, le jugará a usted en el acto una mala pasada. A lo mejor comprometerá a los mismos pasteles y llegará a desear que le sobrevenga el mal más disparatado, sólo para poner a esta situación totalmente razonable su propio elemento fantástico de mal agüero. Justamente, sus ideas fantásticas, su estupidez trivial, es lo que querrá conservar. “(Introducción página 11)


La aportación básica de Watzlawick fue la concepción sistémica de la comunicación:

1) Es imposible no comunicar
2) Toda comunicación tiene elementos de contenido y elementos de relación
3) La naturaleza de la relación depende de cómo se ordena la secuencia de actos comunicativos
4) La comunicación humana es tanto analógica como digital (verbal y no verbal)
5) La comunicación puede ser simétrica o complementaria

...Junto con el Interaccionismo Simbólico, la Escuela de Palo Alto, con Watzlawick, Jackson y Bateson al frente, hablan de una nueva concepción de la comunicación. Para los autores, la comunicación es la base de toda relación social.




Aquí os dejo con un fragmento de su libro "El arte de amargarse la Vida", sin duda, una de mis joyas "de cabecera"...


“Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta el martillo. El vecino tiene uno, Así, pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo. Pero le asalta una duda: ¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; algo se le habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo. Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir –buenos días-, nuestro hombre le grita furioso: -¡Quédese usted con su martillo, so penco!- “(Pág. 43)




twitter / Laura M. Cañamero

11 feb 2009

ProEducación



2 feb 2009

Sin tiempo para sentir... Ansiedad ante el Compromiso?


Irremediablemente, el temor nos hace vulnerables.
Si los demás se enteran de que estamos atemorizados, nos sentimos a su merced; pensamos que pueden hacer de nosotros lo que quieran. Para que esto no pase, nos da por hacernos los duros y escondemos nuestros temores con acciones ofensivas. Así, el irreal Control cubre nuestras inseguridades.

Antes prefería otorgarles un PA (progresa adecuadamente o "PODEMOS ACEPTAR"). Yo HOY les doy un 10!. Tiene que ser angustioso vivir con todo este conjunto de síntomas y dejarse vencer por el malestar. Ellos eligen el camino difícil.
Yo he acabado pensando en que algún tipo de beneficio les tiene que aportar!. Estar continuamente bajo la soga de su propia fobia y conseguir controlar al diablo para mantener su codiciada soltería!?

Definitivamente, la independencia es adictiva. Ahora empiezo a comprender por qué no quieren renunciar a ella.

Es por este motivo por lo que he pensado en proporcionar algunas reglas a aquellos que en tan ardua tarea se ven envueltos...

SIETE REGLAS PARA SUPERAR LAS CRISIS O ABSCESOS DE PÁNICO ANTE REITERADAS PRESIONES SOCIALES (especialmente indicado para la Fobia al Compromiso):

1. Recuerde que lo que siente no es más que una exageración, socialmente establecida, de lo que debe sentir.

2. No es dañino ni peligroso. Tan solo es desagradable. La aceptación de otros compromisos sería, en todo caso, peor.

3. No pierda el tiempo añadiendo pensamientos alarmantes de lo que pasa o puede pasar. Ocupe su tiempo en otros menesteres. -Tómese una caña con un amigo-.

4. Deje que pase el momento. No luche contra él. Haga como que lo acepta. El temor se extingue por sí solo. -Recuerde que dos no hablan si uno no quiere.-

5. Piense en el progreso que ha hecho hasta ahora, a pesar de las dificultades. Piense en lo satisfecho que se sentirá cuando supere ese momento. -Piense en la cena... o en el cine... o en la vecina de al lado.-

6. Cuando empiece a sentirse mejor, mire alrededor y empiece a planear qué puede hacer después. -Piense en quién puede llamar para tomarse unas copas.-

7. Cuando esté listo para continuar, comience despacio, relajado. No es necesario correr ni esforzarse. Los esfuerzos crean tensión y ésta es fácilmente observable por los demás.




twitter / Laura M. Cañamero