Hoy mucha gente consume fármacos con capacidad de alterar nuestras funciones mentales...
El consumo de psicofármacos, ansiolíticos o antidepresivos en la sociedad occidental es alarmante (sólo en Estados Unidos se ha estimado que el 5% de los ciudadanos toman o han tomado alguna vez Prozac y otro porcentaje no estimado toman otros antidepresivos con similares efectos) y va en aumento y preocupa que este consumo se haga en personas "normales" o que no tienen un claro diagnóstico psquiátrico. ¿Y qué decir de los psicoestimulantes para los jóvenes ejecutivos de las empresas más competitivas a nivel mundial?
Barbitúricos para dormir. Fármacos betabloqueantes para "calmar" el corazón en situaciones de estrés, sean éstas la comisión conflictiva de una multinacional, de un bufete de abogados o de un banco. Drogas y hormonas para mantener un nivel "excelso" de participación en las altas competiciones deportivas, sean éstas atletismo, ciclismo, fútbol o culturismo.
Drogas y alcohol, en definitiva, para mantener esa "huida" de la conciencia durante horas en los fines de semana y crear una exaltación emocional artificial.
Hoy está en la mente de todos (o casi todos) que la potenciación farmacológica se utiliza en muchos terrenos de la Psicología: ánimo, cognición, funciones vegetativas, sueño, apetito, sexo...
El problema que aparece es que la línea entre "sano" y "enfermo" es difuminada e incluso arbitraria.
Ojalá no termine nuestra humanidad algún día mirando el cielo que nos cubre y exclame, como Demócrito, con las manos llenas de desesperación:
El consumo de psicofármacos, ansiolíticos o antidepresivos en la sociedad occidental es alarmante (sólo en Estados Unidos se ha estimado que el 5% de los ciudadanos toman o han tomado alguna vez Prozac y otro porcentaje no estimado toman otros antidepresivos con similares efectos) y va en aumento y preocupa que este consumo se haga en personas "normales" o que no tienen un claro diagnóstico psquiátrico. ¿Y qué decir de los psicoestimulantes para los jóvenes ejecutivos de las empresas más competitivas a nivel mundial?
Barbitúricos para dormir. Fármacos betabloqueantes para "calmar" el corazón en situaciones de estrés, sean éstas la comisión conflictiva de una multinacional, de un bufete de abogados o de un banco. Drogas y hormonas para mantener un nivel "excelso" de participación en las altas competiciones deportivas, sean éstas atletismo, ciclismo, fútbol o culturismo.
Drogas y alcohol, en definitiva, para mantener esa "huida" de la conciencia durante horas en los fines de semana y crear una exaltación emocional artificial.
Hoy está en la mente de todos (o casi todos) que la potenciación farmacológica se utiliza en muchos terrenos de la Psicología: ánimo, cognición, funciones vegetativas, sueño, apetito, sexo...
El problema que aparece es que la línea entre "sano" y "enfermo" es difuminada e incluso arbitraria.
Ojalá no termine nuestra humanidad algún día mirando el cielo que nos cubre y exclame, como Demócrito, con las manos llenas de desesperación:
"El hombre razonable se adapta al mundo. El que no lo es, persiste y trata de adaptar el mundo a sí mismo. Por tanto, todo progreso depende del hombre poco razonable."
George Bernard Shaw. Man and Superman.
TEXTO DEL LIBRO "¿ENFERMAN LAS MARIPOSAS DEL ALMA?"
del ilustre
FRANCISCO MORA: Doctor en Medicina y Doctor en Neurociencias,
Catedrático de Fisiología Humana.
-Datos para escépticos de la Psicología.-
George Bernard Shaw. Man and Superman.
TEXTO DEL LIBRO "¿ENFERMAN LAS MARIPOSAS DEL ALMA?"
del ilustre
FRANCISCO MORA: Doctor en Medicina y Doctor en Neurociencias,
Catedrático de Fisiología Humana.
-Datos para escépticos de la Psicología.-