15 dic 2009

Cualidades de las Pérdidas


Había una vez... en un país muy, muy lejano... una Princesa

TAMAÑO
Hay pérdidas y pérdidas, es decir, pequeñas o catastróficas. Por ejemplo, uno puede perder el carné de conducir o puede perder el carné de conducir, en la ultima tienda del centro comercial, justo antes de que le parara la policía de vuelta a casa. Son cosas que pasan. La relatividad de los sucesos... el efecto que causa dar una interpretación al contexto.

La Princesa estaba cansada de esperar al lado de su Príncipe

FORMA
La pérdida puede "de-venir" de tantas maneras como interpretaciones a las "hipotéticas" causas tú les quieras otorgar. De esta manera, el resultado emocional que provoca una pérdida es la consecuencia directa de ti mismo, una reproducción fictia de tus miedos y aspiraciones. Es lo que hay. La constructividad de los pensamientos... nos abandonamos a profecías autocumplidas. -Los psicólogos, para entendernos entre nosotros, llamamos a esto Efecto Pigmalión.-

Un día se juró buscar otros reinos si fracasaba en su último intento

CONTENIDO
En una suerte de burla, el contenido, el material con el que están hechas las pérdidas, se puede entender de dos maneras: obligatorio, si te ha sido venido impuesto, o elegido, si has sido tan gilipollas como para lapidarte a ti mismo, dejando escapar algo por miedo a fracasar en el intento de conseguirlo. Qué le vamos a hacer. Lo tenemos todo tan fácil que cuando tenemos que luchar por algo ya no recordamos cómo hacerlo. -La gente "de a pie" dice que esto sucede por la "comodidad".-

Y a pesar de todo... y finamente, fracasó, porque ni siquiera le dejaron intentarlo

MAGNITUD DEL EFECTO
Es bien sabido que cuando la pérdida recibe un importancia pequeña, rápidamente pasamos a olvidarla o "nos hacemos que" la olvidamos. Pero cuando la pérdida es tan grande, tan relevante para nuestra historia como individuos, hacemos exactamente lo mismo. Podemos ignorar su magnitud, con lo que estaríamos cargando con una cruz, o podemos guardarla en algún lugar escondido de nuestro corazón, con lo que tendríamos siempre una "espinita clavada". Las cosas como son. Las cosas, hoy en día, no son proporcionales porque es mas fácil que no lo sean.

La Princesa se fue a buscar otros reinos guardando bajo llave su corazón

PERTENENCIA
Al hablar de pérdidas hablamos necesariamente de pertenencia, de posesión. Porque, en definitiva, no se puede perder algo que no se tiene. La pérdida pertenece o no pertenece. Podemos elegir ser esclavos de la frustración y amarrarnos depresivamente a una pérdida o podemos hacer la elección de ser libres aferrándonos a la ilusión de no haber tenido ese algo. La analgesia al dolor... la capacidad de mentirnos a nosotros mismos como fuente de anestesia social y emocional.

Y ni la Princesa ni el Príncipe se casaron... pero comieron perdices (o, al menos, eso es lo que quisieron creer)...






8 Comments:

Pele Ón said...

Ciertamente, fuego.
Bss

Evánder said...

La peor pérdida es aquélla que nos viene impuesta, sin que nosotros podamos hacer nada por evitarla, sobre todo si perdemos a alguien que ha decidido que quiere que la perdamos.

En fin, buena música para el martes.

Feliz, día. Besos!

José Luis López Recio said...

Original y muy cierto lo que has dicho en tu entrada. Me ha gustado volver a leerte.
Un abrazo.

Paco Bailac said...

Abrazando la pobreza.....renunciamos al materialismo

pacobailacoach.blogspot.com

Eli said...

Laurita ¿estás triste?
No sé, me da esa sensación...

Angie said...

Interesante entrada, como siempre :-)

Lo peor es perderse a uno mismo.

Un abrazo

Anónimo said...

Cierto lo que dices, pero el trabajo de uno darle a esa pérdida un valor único y no multidimensional.

Un valor de aprendizaje que te prepara para el siguiente escalón.

besos

Laura said...

Muchisimas gracias a todos, amigos... vuestras palabras me hacen sentir mucho mejor y me ayudan a modelar desde otras perspectivas mis contextos.
Sois geniales!!!

Besos Molinero... amigo, es un placer tenerte en mi divan!!!